DEMOCRACIA Y SISTEMA JUDICIAL

Foro – César Pico León

El presente artículo aborda la relación inmanente entre la Democracia como sistema político y los condicionantes propios del régimen liberal, poniendo énfasis en uno de sus ejes esenciales, el Sistema Judicial, desde su posición como herramienta de protección y garantista de los Derechos Fundamentales.

Enfrenta y analiza la relación entre los órganos del Estado, en la relación compleja pero necesaria, surgida de la interacción de sus componentes, cuyo fin es permitir el fluir constante de los métodos de resolución de conflictos, que facilita la estabilidad social y el desarrollo individual y colectivo.

Continúa haciendo un análisis sobre la perspectiva estructural ecuatoriana, puntualizando los alcances y limitaciones de esta interacción institucional, develando el necesario cambio de modelo de gestión, de una acción jurisdiccional en ocasiones en extremo legalista, hacia un modelo garantista constitucional efectivo e innovador.

Finalmente, apunta hacia la consolidación de un modelo Neoconstitucional en el ámbito jurisdiccional del sistema judicial, donde el Ser Humano, desde el dogma hasta la praxis, sea eje de la interacción estatal, lo cual propende como resultado, al fortalecimiento de las libertades individuales consagradas en el Bloque Constitucional, lo que confluye a su vez, en el fortalecimiento del régimen democrático, que se legitima en la actuación de los organismos que gobiernan y administran el poder público.

El filósofo italiano Norberto Bobbio nos ha legado un análisis preponderante, acerca de las bases sobre las que se asientan
las estructuras políticas occidentales, a su decir, la democracia y el liberalismo. El presente artículo tiene como objeto desarrollar uno de los elementos eje de la estructura garantista del Estado Liberal: El Sistema Judicial como elemento sustentador de una Democracia exitosa.

Es irrefutable que la Democracia como sistema político, se sustenta en la indisoluble relación, entre el efectivo goce de los Derechos Fundamentales y la posibilidad cierta y práctica de alcanzar un desarrollo personal, familiar y social, acorde con
las aspiraciones individuales.

Para que esta premisa se convierta en el eje cierto, del entramado colectivo de una sociedad, el sistema judicial debe responder de manera efectiva, continua e innovadora a las necesidades cambiantes de una población heterogénea y siempre anhelante de soluciones concretas y oportunas.

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